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miércoles, 6 de abril de 2011

MINERALES

   MINERALES     RADIACTIVOS
         El uranio es por si mismo un elemento tóxico, afectando especialmente a los riñones, lo que debe tenerse presente al manejar sus minerales.
        Además, tanto sus minerales como los de torio presentan básicamente tres tipos de riesgos debidos a la radiactividad. Estos riesgos son la irradiación externa, la irradiación interna por ingestión y la irradiación interna por inhalación de los productos de fisión del radón.
       La irradiación externa no suele ser excesivamente serio por varias razones. En primer lugar, una parte importante de la emisión del uranio y torio es en forma de partículas alfa. Su poder de penetración es muy reducido, deteniéndolas en su mayor parte una pequeña capa de aire, o una hoja de papel. Por supuesto, el propio mineral detiene todas las que proceden de su interior. Además, al disminuir la radiación recibida con el cuadrado de la distancia, simplemente colocando los ejemplares en la parte más interior de los cajones o vitrinas se reduce mucho la dosis. Evitando actuaciones evidentemente imprudentes, como coleccionar muestras de tamaño grande y muy ricas, almacenar muestras duplicadas debajo de la cama, llevarlas en el bolsillo, o convertir la casa en una "anomalía radiactiva", como cierto coleccionista americano, cuyo desván fue detectado en una campaña de prospección aérea de minerales de uranio, la irradiación externa no es muy preocupante.
       La irradiación interna por ingestión puede evitarse no comiendo ni fumando mientras se manipulan los minerales, lavándose las manos después, etc. Como en el caso de la toxicidad, la solubilidad del mineral, y su grado de división, resultarán también importantes. Afortunadamente, en este caso muchos minerales con tendencia a aparecer en forma pulverulenta, como la carnotita, son también muy insolubles.
       La irradiación interna por inhalación de los productos de fisión del radón puede ser el de mayor riesgo de los minerales radiactivos.
Este gas es un producto de desintegración del radio que a su vez lo es de la del uranio. En los minerales primarios antiguos, estos elementos están en equilibrio, mientras que en los secundarios, más modernos en general, es posible que el contenido de radio y la emisión de radón sea menor. El torio también emite radón en su desintegración, pero otro isótopo diferente. El radón es un gas químicamente inerte, con una vida corta. El riesgo principal aparece cuando se desintegra, dando lugar a isótopos químicamente muy reactivos y de vida relativamente larga, que se unen a cualquier partícula presente en el aire (procedente por ejemplo del humo del tabaco) y pueden así alcanzar e irradiar los pulmones. Se considera que esta irradiación es un factor de riesgo importante en la aparición del cáncer del pulmón. Las medidas de precaución a adoptar pueden ir desde guardar los minerales radiactivos en lugares ventilados a hacerlo en recipientes herméticos. La combinación radón-humo de cigarrillos es especialmente nociva, por lo que no fumar es también una forma de reducir el peligro

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